NO LO PERMITA

El hombre dentro de su devenir  siempre se mueve en paradojas existenciales. Nos persiguen esas preguntas que nos inclinan hacia un lado u otro de la balanza. ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina?, ¿el vaso medio lleno o medio vacío?  ¿Qué es lo primario, el ser o la conciencia? Las respuestas no dan posibilidades a los vacilantes, es una u otra y eso indica su manera de pensar. Lo mismo ocurre cuando sales de la manada de los empleados y decides emprender un negocio y tiene que preguntarte: soy positivo o negativo?.. Esperemos que no clasifique como negativo. No lo permita.

A decir verdad si ya pensaste en hacer un negocio tienes un gran porcentaje de avance positivo, pero  le queda todavía un camino por recorrer que va desde luchar contra sus propias actitudes formadas para ser empleado toda su vida,  hasta las verdades absolutas que nos colocan quienes no hacen nada por salir de su zona de confort y pretenden que nos quedemos  abúlicos dentro de esa atmósfera ideal donde respira a plenitud la mediocridad. No permita que lo dejen en ese sitio.

Los abanderados de la negatividad mediocre manejan con cierta habilidad las medias verdades, las cuales esgrimen con  pasión y se convierten en arietes poderosos de sus causas, capaces de derrumbar su entusiasmo cuando todavía no están preparados lo suficiente como para defender su idea de negocio.

Un argumento obligatorio para hacerlo abandonar es cuando le dicen: ¿y de donde saldrá el dinero para tu negocio, si los bancos no ayudan? Es cierto que el sistema bancario es lento y lleno de formalidades para ofrecer la moneda contante que usted necesita. Sin embargo en los últimos tiempos de crisis continua,  comenzó un movimiento que desdeña las cajas de ahorros, bancos y financieras tradicionales y se gestiona desde Internet.

En la actualidad surgieron como vía expedita financiera para los emprendedores las plataformas de “crowdfunding” o inversiones colectivas, el “peer to peer” o intercambio entre particulares, los “ángeles inversores” y las aplicaciones de consumo colaborativo, entre otras maneras. Esos nuevos actores imprimen una inyección optimista y real de dinero a los creadores de ideas que se mueven dentro de la sociedad como  potenciales dueños de  empresas productivas o de servicios. Por supuesto acceder a estas inversiones tampoco es algo de coser y cantar, pero al menos mantienen un perfil de mayor accesibilidad que el cerrojo de la banca convencional.

Otra negatividad favorita de los mediocres es recordarle  que a la edad de usted ya no tiene la suficiente energía para comandar un negocio debido al esfuerzo que conlleva. El emprendimiento se mueve en dos realidades: el que lo hace por convicción creadora y aquellos obligados por las circunstancias de falta de empleo y oportunidades dentro del mercado laboral.

Es cierto que lanzarse hacia la creación de un negocio equivale a tensiones de todo tipo, desgastes emocionales y un compromiso total  que lo pueden apartar de sus acostumbrados vínculos familiares. Perseguir un sueño es duro, pero tiene sus beneficios posteriormente.  Si llega solo para solucionar su problema económico puede afectarlo el problema de la edad si pasa de los 40 años y no por la edad, sino por su falta de convicción y aprensiones ante la tarea que pretende emprender. No es la edad el impedimento, es su actitud, recuérdelo siempre.

Lo importante es que lejos de valorar sus años como una debilidad resulta que es su principal fortaleza, porque en su vida laboral ya transitó por diferentes empresas y posee algo que no se puede comprar, ni siquiera estudiar en ninguna universidad o escuela y se llama experiencia.  Eso significa que cuenta con una amplia red de contactos, un valor agregado importante en la construcción de su negocio, posee una mayor madurez para analizar los problemas y tiene menos temor por abandonar el área de aparente seguridad que establece el trabajo asalariado, ya que sabe de qué se trata.

No escuchen los  “buenos consejos” de esos amigos e incluso familiares que se afanan en coartarles sus sueños. No pierdan las oportunidades que se presentan, ni dejen a un lado el deseo de salir del pelotón cabizbajo de los empleados, ni por la edad, ni por no tener dinero y como dice el poeta afroamericano Langston Hughes. “Aférrate a tus sueños porque si los sueños mueren la vida será un pájaro con las alas rotas”. No lo permita.