A Roy Kroc la edad y enfermedades no le impidieron alcanzar sus metas

No cabe la menor duda que la M amarilla y roja en forma de arco de Mac Donald’s  representa el símbolo de una de las marcas más conocidas en el mundo entero  que se encuentra en más de 65 países con más de 13 mil restaurantes. Lo que tal vez muchos no sepan es que el apellido del impulsor de este negocio alimenticio como un producto millonario y casi universal  su nombre no titula a las famosas hamburguesas, ni que comenzó su lucha por hacerlo crecer con 54 años y varios padecimientos en su salud, lo cual no le impidió a Roy Kroc alcanzar sus metas.

Roy Kroc, hijo de padres checoslovacos, nació en Chicago, tuvo la visión del negocio cuando encontró a los hermanos Mc Donald’s. Desde jovencito fue un luchador y encaminó su vida profesional hacia las ventas con  la comercialización de vasos de cartón. Un día de esos que la vida te ofrece la oportunidad de dar un giro conoció a un hombre llamado Earl Prince, quien tenía  en su cuenta la invención de una máquina para hacer cinco malteadas a la vez llamada Multimixer. Sin dudarlo mucho Kroc consiguió los derechos exclusivos de la maquina luego de hipotecar todos sus bienes e invertir sus ahorros personales. Sin pensarlo dos veces abandonó la fábrica de vasos. Su edad en ese momento 37 años.

En los próximos diez años cruzó los Estados Unidos varias veces en la promoción de la Multimixer, la cual ofrecía ganancias para sobrevivir, pero que no representaba el negocio que lo podía catapultar al éxito.. Al cumplir los 50 años  el negocio no crecía y las ventas de las máquinas empezaban a disminuir fue entonces que por segunda vez la vida lo llevaba a que diera un nuevo giro. Eso ocurrió cuando, un pequeño restaurante de San Bernandino, California solicitó ocho maquinas. La petición lo llenó de curiosidad porque  los negocios de sodas no marchaban bien

Kroc intrigado viajó al sitio y encontró un negocio de hamburguesas que pertenecía a los hermanos  Richard “Dick” y Maurice “Mac” McDonald’s. Los dos hermanos tenían un sistema inusual para la época, ya que no contaban con asientos dentro del establecimiento y el menú era solo hamburguesas, papas fritas, refrescos y malteadas. El calculador Kroc apreció el valor del negocio y le propuso a los hermanos crear establecimientos como el suyo en todo el país, pero ambos hermanos rechazaron la oferta y le dieron los derechos exclusivos a Korc para vender el método Mc Donald’s. Entre las clausuras del contrato se encontraba que la arquitectura de todas las construcciones debía ser idéntica, es decir conforme a la que acababa de concebir el arquitecto de los hermanos McDonald. Además, el nombre McDonald debía ser también igual al de los demás establecimientos y cualquier nueva modificación de esas reglas debía ser previamente permitida por los hermanos McDonald por una carta firmada por ellos.

Al recordar ese día de la firma con los hermanos, luego comentó el rey de las hamburguesas: “Al volver a Chicago ese día fatídico de 1954, llevaba en el portafolio un contrato recién firmado por los hermanos McDonald. Yo era un veterano cubierto de cicatrices, secuelas de la guerra de los negocios, y sin embargo estaba impaciente por entrar en acción. Tenía 52 años era diabético y sufría un principio de artritis. En campañas anteriores había perdido mi vesícula biliar y la mayor parte de la glándula tiroides. Pero estaba convencido de que todavía tenía por delante los mejores años de mi vida.”. Estaba convencido de que su edad y las enfermedades no le impedirían alcanzar sus metas

Ray abrió su primer McDonald’s en abril de 1955 en un suburbio de Chicago llamado Des Plaines. Usó este restaurante limpio y eficiente como muestra  para vender franquicias en el resto de Estados Unidos. Por cada franquicia que vendía, Ray obtenía el 1.9 por ciento de las ventas totales, del cual les daba a los hermanos McDonald la mitad. Kroc vendió 18 franquicias en su primer año, pero le sorprendió notar que las ganancias eran muy pocas debido al reparto de utilidades que en su interés por comprar el método  acordó con los hermanos  y la cual no le estaba permitiendo ganar dinero.

Entonces, Kroc conoció a Harry Sonnenborne, un genio financiero que le enseñó cómo ganar dinero no vendiendo hamburguesas, sino vendiendo bienes raíces. Bajo el plan de Sonnenborne, Kroc creó una compañía que compraba y otorgaba los territorios donde se localizarían todos los McDonald’s. De esa manera, los dueño de franquicias pagaban una renta mensual por el uso del territorio o le daban un porcentaje de sus ganancias. Al ser dueño de las tierras donde las franquicias se construyeran en lugar de sólo vender las franquicias, Kroc se aseguraba las ganancias. Con su estrategia de bienes raíces, Kroc fijó su meta: abrir mil McDonald’s de costa a costa.

Kroc  chocaba con los hermanos McDonald por sus ideas diferentes en el concepto del negocio. Eso provocó que Kroc que decidiera tener el control de McDonald’s y en 1961, compró el negocio completo a los hermanos por $2.7 millones de dólares. Con los hermanos McDonald fuera de su camino, Kroc fue libre de dirigir la compañía En 1965, había abierto más de 700 restaurantes en 44 estados de EEUU. En abril de ese año, McDonald´s se convirtió en la primera compañía de  comida rápida en cotizar en la Bolsa, con un precio de $22 dólares por acción. En semanas subió a $49 dólares la acción, por lo que Kroc se hizo rápidamente multimillonario. Al final de la década, Kroc había alcanzado y superado su meta, abriendo más de 1.500 McDonald’s en el mundo.

En la década de los 70, McDonald’s era el más grande proveedor de comida en el país y se mantuvo en ese puesto los 20 años siguientes. A su muerte, en enero de 1984, un nuevo McDonald’s se abría en promedio cada 17 horas. Diez meses después, vendió su hamburguesa número 50 mil millones.

Cuando en una ocasión le preguntaron cómo no alcanzó el éxito en su juventud  Kroc campechanamente respondió:

“La gente se quedaba maravillada de que no hubiera comenzado McDonald antes de los 52 años y de que alcanzara el éxito de un día para otro. Pero yo era como muchas de esas personalidades del mundo del espectáculo que hacen su número en las sombras durante años hasta que un día, de pronto, se les presenta la oportunidad y les llega la gloria. Así fue exactamente mi éxito, de un día para el otro; ¡mis treinta años de preparación representan una noche larguísima!”

La vida de este hombre que tuvo la visión de un negocio que comenzaron otros, puede ser un ejemplo para aquellos emprendedores que tienen miedo de comenzar por su edad o diferentes enfermedades. La perseverancia y la voluntad son las mejores medicinas contra estos males. Y si alguien lo duda Roy Kroc lo demostró con creces porque la edad y sus  enfermedades no le impidieron alcanzar sus metas.