Un «felizómetro» para medir y predecir la felicidad

Uno de los retos más importantes de vivir en el siglo XXI consiste en ser feliz. Los consejos abundan. Aristóteles escribió que «la felicidad es un estado de actividad». Y un equipo de investigadores descubrió que es posible aumentar los niveles de felicidad rodeándose de personas felices. De hecho, por cada individuo feliz que haya en su vida, su propia felicidad aumentará un 9% aproximadamente, según los informes.

Pero la ciencia de la felicidad tiene una barrera importante: la capacidad de medirla. ¿Cómo podemos medir los niveles de felicidad con precisión y utilizar esa información para predecir cuándo y cómo una persona se sentirá feliz en el futuro?. El investigador del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, EEUU), Pascal Budner, junto a sus compañeros, ha encontrado una manera de usar un reloj inteligente para medir y predecir la felicidad.

La tecnología involucrada en esta investigación es un reloj inteligente Pebble  conectado a un smartphone Android. Cada uno de ellos ejecuta una aplicación para recopilar y mostrar datos. La información recopilada por el reloj incluye parámetros como la frecuencia cardíaca y los niveles de actividad. Por su parte, la aplicación de smartphone permite a los usuarios informar de lo felices y activos se sienten, a través de un felizómetro que sugiere el estado de ánimo de un usuario y le permite al individuo modificarlo si es incorrecto.

Las sugerencias del medidor de felicidad se basan en la visión tradicional de los psicólogos como un parámetro bidimensional: excitación y valor. La excitación refleja la disposición para actuar o el nivel de actividad, y se asocia con estar más alerta de lo normal y tener una presión arterial o frecuencia cardíaca más alta. El equipo mide la excitación en una escala de no activo, activo o muy activo. El valor es una medida del nivel de felicidad del usuario: sentirse muy bien, bien o mal.

Esta clasificación produce un espacio bidimensional en el que los usuarios pueden encontrarse en cualquiera de los nueve estados diferentes. Por ejemplo, estar muy activo y sentirse mal representa el enfado, mientras que sentirse muy bien y no estar activo representa un estado de relajación. Los usuarios deben elegir un estado cuatro veces al día, aunque pueden añadir más siempre que quieran. Además, las aplicaciones registran factores externos como la ubicación del usuario, el día de la semana, la hora y las condiciones climáticas.

Budner y su equipo reclutaron a 60 personas para usar el reloj inteligente e introducir sus datos de felicidad durante un período de dos meses en 2017. Entre los participantes había estudiantes de posgrado, investigadores, miembros del profesorado, consultores y líderes de la industria empresarial, con edades comprendidas entre los 22 y los 59 años.

Al final del experimento, el equipo había reunido casi 17.000 datos, con los que pudieron hacerse una idea general de los estados de ánimo de las personas. Durante el transcurso de los dos meses, casi el 80% de los aportes al estado de ánimo indicaron que los participantes estaban muy bien, con solo un 3% de participantes que se sintieron mal. Sólo el 16% se sintió muy activo, y el 26% informó de no sentirse activo.

Pero hay más conclusiones que se pueden extraer de estos datos. Budner y su equipo utilizaron una forma de aprendizaje automático para encontrar patrones en la frecuencia cardíaca, la ubicación, las condiciones climáticas y otros factores que pueden predecir cuán feliz será un usuario.

Los investigadores afirman que la tasa de predicción es buena. La investigación detalla: «Logramos una precisión de predicción de hasta un 94%«. Algunos datos son significativamente más predictivos de la felicidad que otros. «El clima y el movimiento entre ubicaciones son altamente predictivos, mientras que los datos fisiológicos, como la frecuencia cardíaca, tienen un menor poder predictivo», explican los investigadores.

Eso sugiere que los datos de los relojes inteligentes podrían resultar muy útiles para mapear la felicidad de la población general.También podría ayudar a las personas a aumentar sus niveles de felicidad. Por supuesto, hay algunos peros a tener en cuenta. El estudio solo incluyó a 60 personas, un número relativamente pequeño. Además, esas personas podrían reflejar un sesgo de selección porque todos estaban interesados en la investigación de la felicidad.

Budner y sus compañeros son muy conscientes de estas limitaciones y esperan abordarlas en el futuro con un estudio más amplio, llevado a cabo con individuos seleccionados al azar. Sin embargo, los investigadores concluyen: «Creemos que estamos presentando un novedoso sistema para rastrear y aumentar la felicidad individual». Aristóteles seguramente estaría muy feliz con esto. TOMADO DE MIT Technology Review en español.