Emprender: un acto de perseverancia.

 

Emprender es sin lugar a dudas un acto de perseverancia. Caminar el sendero del emprendimiento es difícil por todos los obstáculos que  son necesarios eludir para llevar hacia delante una idea de negocio y nadie sabe cuando inicia ese andar lo que ocurrirá con su proyecto, el cual solo se sostiene por la convicción personal del soñador, quien visualiza su gestión dentro del éxito cuando incluso sus propios familiares se muestran escépticos y no lo apoyan.

Las estadísticas negativas pueden preocupar al más entusiasta y de hecho resultan impactantes conocer que después de un año el 25 por ciento de las start-ups fallan; después de 2 años el 36 por ciento y después de 3 años el 44 por ciento. Solo el 60 por ciento sobreviven a los 3 años y apenas un 35 por ciento lo consigue a los 10 años. Son cifras para tener en cuenta, pero, ¿quién piensa que puede fallar y que  su negocio estará dentro de esos porcentajes fulminantes?

Un emprendedor inflamado sabe de las dificultades, pero tiene la suficiente paciencia y perseverancia para avanzar  su idea como el chef catalán, Ferran Adriá, considerado como entre los mejores del mundo y cuando trabajaba en su idea disruptiva de la deconstrucción de los alimentos no ganó dinero por un periodo de 14 años o el Coronel Sanders de los famosos pollos “Kentucky Fried Chicken”, quien durante dos años manejó por las carreteras de Estados Unidos con su fórmula secreta y fue rechazado en 1009 establecimientos. Hay muchos más ejemplos y en todos hay un común denominador: Todos esos emprendedores perseveraron en su idea de negocio.

Por supuesto es necesario encontrar a personas que comulguen sus mismas proyecciones, porque la creatividad es más rica cuando se comparte entre los miembros de un equipo cuya brújula sea la perseverancia. El mítico Swami Vivekananda dijo una frase que sin dudas es la esencia del pensamiento para un emprendedor. “Coge una idea. Haz de esa idea tu vida, piensa en ella, sueña con ella, vive en esa idea. Deja al cerebro, los músculos, los nervios, todas las partes de tu cuerpo, llenarse con esa idea y simplemente deja sola cualquier otra idea. Este es el camino al éxito”

En pocas palabras, quien no vea su idea de negocio de una manera positiva es poco probable que alcance algún resultado, porque cuando los vientos soplen en su contra, desfallecerá y abandonará su proyecto. Es necesario mantener una actitud donde el “yo puedo” mantenga a flote su nave empresarial por las aguas turbulentas de la negatividad. Napoleón Hill reconocía en su libro “Piense y hágase rico” que nadie está preparado para una cosa hasta que cree que puede adquirirla. Es el estado mental de creer lo que lleva al ser humano a lograr los  aparentemente imposibles.Esa llama fue la que impulsó a Cristóbal Colón,  Hernán Cortes y a tantos visionarios a seguir en sus empresas a pesar de los reveses y las oposiciones. Su estado mental es fundamental.

No importa que tu esposa no te siga o tus familiares más cercanos crean que es un dislate tu propósito; si mantienes esa convicción  de seguir adelante con tu idea, tarde o temprano podrás llevarla a buen término. Abandonar la manada de los empleados es un acto de sumo valor pero comenzar a emprender no cabe la menor duda que es un acto de fe. No la pierda.