La innovación disruptiva

Los bisoños emprendedores de las pequeñas empresas cuando llegan al mundo de los negocios comienzan un proceso de aprendizaje de métodos y acciones que distaban mucho de conocer y uno de esos términos es el de la innovación “disruptiva” que fue introducido por el académico Clayton Christensen en 1995 en su artículo “Disruptive Tecnologies: Catching the Wave”, quien luego lo profundizó dos años después en el libro “The innovators dilema”.

La innovación disruptiva es cuando un producto que en su momento nace como algo residual o una aplicación sin muchos seguidores se convierte en poco tiempo en el producto o servicio líder del mercado. En pocas palabras el proceso de innovación disruptiva sucede cuando se lanzan al mercado nuevas tecnologías o ideas de negocios que sobrepasan en aceptación a las que ya tienen un buen tiempo en el mercado.

Por lo general  los productos o servicios nuevos son más fáciles de usar y económicos que los desplazados del mercado,  ya que así consiguieron captar rápidamente el interés de los consumidores. Hay ejemplos recientes de innovación disruptiva como Facebook  que se hizo líder en poco tiempo aportando un servicio novedoso o como Skype que apostó por el modelo de voz IP cuando las grandes compañías de telecomunicaciones no se ocupaban de esta tecnología.

VIAJE A LA INNOVACIÓN.

El autor del libro “El viaje a la innovación”, Carlos Domingo dijo sobre el tema a una revista que “no es que la innovación vaya asociada sólo a la tecnología, sino que la innovación de éxito y la innovación sostenible provienen de empresas que han dado con un producto que funciona gracias a la intersección de tres aspectos. Por un lado, han dado con una necesidad de consumidor que no estaba satisfecho hasta el momento con ningún producto. Y ahí, hay que olvidarse de la tecnología, porque lo primero es encontrar un producto o un servicio que solucione un problema que nadie resolvía hasta entonces. En segundo lugar,  eso lo tienes que hacer de forma sostenible con un modelo de negocio que te permita ganar dinero para crecer y financiarlo. Y en tercer lugar, es posible que no se haya podido solucionar ese problema antes porque requiere de una tecnología nueva que no existía antes y será la tecnología lo que le dé una ventaja competitiva sostenida en el tiempo, porque es lo más complicado de replicar”, afirmó.

La mayoría de las empresas no pueden invertir grandes recursos en la investigación de nuevos modelos porque suponen un elevado costo y no todos los procesos de investigación que se inician culminan con éxito con la consiguiente pérdida económica que ello implica, sin embargo no se puede dejar de lado la investigación de nuevos modelos, hay que minimizar los costos de los procesos de innovación para que se puedan asumir en las empresas, hoy en día se empieza a popularizar la subcontratación de los procesos de innovación.

“De hecho, las grandes innovaciones surgen, sobre todo, en mercados saturados. Cuando parece que ya está todo inventado, surgen cosas que rompen completamente con lo establecido y la clave está en entender qué está ofreciendo el mercado, cuál es el valor que aporta el negocio, dónde está el elemento diferenciador y dónde puedes aportar el valor añadido que el cliente sí va a percibir”, dijo a una revista de negocios David Lacasa, cofundador de la consultora de innovación Lantern.

Un experto diseñador aclamado y reconocido por ayudar a incorporar el pensamiento disruptivo en estrategias de negocios rentables como Luke Williams durante un conversatorio colocaba la película “Psicosis” del afamado director Alfred Hitchcock como ejemplo de disrupción, porque el inicio del largometraje indicaba que se trataba de una mujer que robaba.

Sin embargo esa mujer se hospeda en un hotel de paso para tomar una ducha y en ese momento el filme gira por completo porque ya no se trata del robo, sino de un crimen y según Williams esas ideas rompedoras son importantes para cambiar tu industria, “sorprender al consumidor, elegir como Hitchcock un camino diferente que nadie espera y que genere su propia demanda. ¿Cómo ofrecérselo al mercado? Con una fórmula infalible: creatividad”, dijo Williams