Jeff Bezos escuchó a su corazón para crear Amazon.

Jeff Bezos escuchó a su corazón para crear Amazon impulsado por su intuición y no prestó atención a los consejos de su jefe en la firma de inversiones D.E Shaw, que chocaban contra sus sueños de emprender un sitio de comercio electrónico dedicado a la venta de libros por Internet, un proyecto fantasioso a primera vista y que terminaría como la popular e importante tienda digital que todos conocen hoy en día.

Bezos decidió compartir su idea de crear un sitio de comercio electrónico para vender libros por Internet, durante un paseo por el Parque Central de Nueva York. En ese momento que relataba entusiasmado la idea a su superior ocupaba el puesto de vicepresidente senior.

“Me parece una buena idea, pero sería una mejor idea para alguien que no tuviera ya un buen trabajo”, dijo su jefe. Bezos hizo oídos sordos al consejo del amigo y en 1994 renunció a su puesto y se lanzó a la aventura de emprender el negocio de ventas de libros por Internet al que llamo Amazon, porque el nombre de la compañía debía empezar por A, puesto que los buscadores de Internet recogían los resultados de las búsquedas por orden alfabético.

Amazon fue el nombre que más le gustó a Bezos: “Se trata del río más ancho del mundo, pero no solo es eso, sino que además es diez veces más ancho que su inmediato competidor”, dijo.  El 9 de febrero de 1995, el nombre Amazon.com quedó registrado en una corporación de Delaware, y se convirtió en la primera marca que se registró con la coletilla “.com”.

PRIMERA OFICINA.

Su primera oficina – al igual que Steve Jobs, creador de Apple- fue en el garaje de la casa que alquiló en la ciudad de Seattle con su esposa Mackenzie, a quien conoció en la firma de inversiones. “D.E.Shaw”. Allí instalaron los tres  servidores con que comenzaron a procesar la información del sitio.  Disponiendo de más de 200.000 títulos al comenzar con la empresa, y siendo un servicio novedoso que permitía que los usuarios pudieran adquirir libros a través de un contacto vía correo electrónico, Amazon no tardó en convertirse en un verdadero éxito. En pocos meses la web logró alcanzar más de 2000 visitantes diarios, y al año siguiente logró multiplicar por 25 dicha cifra.

Con los años, Amazon se convirtió en una de las empresas online más importantes, desde aquel lejano 16 de julio de 1995 en el que se registró la venta del primer libro, logrando ser conocida a nivel mundial en 1997. Y mientras muchas empresas “dot.coms” (empredimientos en Internet) sucumbieron ante la explosión de la burbuja a finales  de los años 90, Amazon prosperó con ventas anuales que saltaron de $ 510.000 en 1995 a más de $ 17 mil millones en 2011.

Este  visionario hombre, que recientemente fue elegido en una encuesta mundial por la Confederación Internacional de Sindicatos (CSI) como el peor jefe del mundo,  nació el 12 de enero de 1964 en Albuquerque, Nuevo México. Su madre, Jacklyn Gise, tenía 17 años cuando le dio a luz. De su padre biológico, Ted Jorgensen, no se sabe mucho. Su madre cuatro años más tarde,  volvió a casarse con Miguel Bezos, un inmigrante cubano de quien tomaría el apellido.

Cuando Jackie se casó, la familia se trasladó a  Houston, Texas y Miguel Bezos se convirtió en ingeniero de Exxon. El pequeño Jeffrey estudió en River Oaks Elementary en Houston del 4º al 6º grado. Luego la familia se mudó a  Miami, donde el futuro emprendedor estudió en la Miami Palmetto Senior High School.

MIAMI: AMOR POR LAS COMPUTADORAS.

En Miami desarrolló su amor por las computadoras  y resultó el mejor estudiante de su clase. Durante la escuela secundaria, comenzó su primer negocio, el Dream Institute, un campamento de verano educacional para estudiantes de cuarto grado, quinto y sexto. Bezos persiguió su interés en las computadoras en la Universidad de Princeton, donde se graduó en 1986 con una licenciatura en Ciencias de la Computación e Ingeniería Eléctrica. Después de graduarse, encontró trabajo en varias empresas de Wall Street, de donde salió para impulsar su negocio que con el tiempo es uno de los más exitosos en la red de redes.

El crecimiento  de Amazon es indiscutible y hoy en día no sólo pueden adquirirse libros, sino también una infinidad de artículos, desde CD, DVD, juguetes, electrónica, ropa, comida y demás. Bezos esbozó hace ya algún tiempo cuál es el principal objetivo de su empresa, asegurando: «Nuestro objetivo es ser la compañía del mundo más centrada en el cliente. El lugar donde la gente pueda encontrar y descubrir cualquier cosa que quieran comprar online».

Cuentan  que una de sus prácticas es que al final de cada trimestre se toma un tiempo a solas, para alejarse un poco de la frenética vida empresarial. “Acabo de encerrarme. No hay las distracciones de la oficina. No suenan los teléfonos. Es sólo porque con un poco de aislamiento me encuentro con que empiezo a ser más creativo. Puedo dedicarme un montón de tiempo a navegar por Internet durante los dos o tres días y sólo mirar lo que los aficionados y los hackers están haciendo. ¿Cuáles son los tipos de cosas que están en la vanguardia?”, afirmó a un periodista.

Y pese a todos sus logros como hombre visionario en el 2014 fue elegido como el peor jefe del mundo, según los sindicatos en el tercer congreso de la Confederacion Internacional de Sindicatos en Berlín. La votación fue hecha a través de Internet.  Sharon Burrow, secretaria de esa confederación, indicó que Bezos representa la inhumanidad de los patronos de nuevo tipo. Afirma que en sus políticas laborales, “Amazon” trata a sus empleados como robots, haciéndolos caminar hasta 24 kilómetros en cada turno, con escaso tiempo para comer y frecuentemente reprendidos y acosados si se detienen siquiera un momento durante su jornada de trabajo, ya que son monitoreados constantemente con una alarma digital. En Alemania la empresa de  Bezos  sufrió problemas laborales que dieron lugar a varias huelgas.

El resultado como emprendedor de este hombre puede ser inspirador para muchos que tienen sueños y no se lanzan a realizarlos por el temor de perder una determinada posición donde se sienten seguros y olvidan que la llave del progreso siempre se encuentra en el riesgo. Jeff Bezos lo hizo al escuchar a su corazón.