Emprender con éxito después de los 50 años

Por ejemplo Franny Martin, quien fuera directora nacional de mercadeo y relaciones publicas de Domino’s Pizza, decidió a los 56 años abandonar esa puesto y poner en practica lo que aprendió  en la cocina de su abuela cuando horneaba galletas con su abuela. De esa manera creó Cookies On Call. La compañía distribuye una docena de galletas sin conservantes por menos del precio de una docena de rosas.

«En una edad en que la mayoría de las personas miran folletos de viajes para mudarse a Florida, yo me dije, no, vamos a irnos al país de las galletas», nos dice. «Cuando estoy haciendo galletas, siento que estoy invocando a mi abuela», dijo a un medio de prensa.

Martin comenzó en su propia cocina. Luego alquiló la cocina en una escuela primaria cercana. Desde entonces,  transfirió su negocio de local tres veces y ahora tiene sus propias instalaciones. «Gano más dinero ahora de lo que ganaba en el mundo empresarial. «No ha habido ni un día desde que decidí empezar a hacer esto que no haya estado feliz», afirmó. Tiene hoy en día 70 años.

La compañía se amplió y ahora ofrece pasteles, panes y galletas tipo biscotti. El cuidado y la atención cuando eres el dueño de un negocio es lo más parecido a tener un hijo», afirma.

 EL ANDADOR DE BEBE.
Otro caso notable es el de Jeffrey Nash, de 62 años quien nunca diseñó nada hasta el Juppy, un caminador hecho de algodón que se le pone al bebé y cabe fácilmente en un bolso. Su idea surgió cuando aciudió a un partido de futbol de su nieta y observó  a una joven madre agachada de manera incomoda mientras enseñaba a caminar a su hijo. 
Había visto este tipo de situación miles de veces en mi vida, y nunca significó nada para mí. Pero en el mismo segundo en que la vi, el Juppy se me vino a la mente; y no me lo podía quitar de la cabeza», dijo a un periodista.

A diferencia de muchas personas mayores, que a menudo son reacias a actuar guiadas por sus ideas, Nash no esperó un momento. Se reunió con diferentes sastres que lo ayudaron a diseñar el objeto que tenía en mente.

«El problema es que muchos de nosotros desarrollamos ideas, y luego nos convencemos a nosotros mismos para desecharlas. Pensamos en todas las razones por las cuales no va a funcionar», afirma.

No quiere decir que fue fácil. Para financiar el producto, vendió su casa y su auto. Dejó de salir a comer en restaurantes. Cada concepto de prototipo necesitó retoques. Y, sin experiencia en la manufactura en el exterior, tuvo que contratar a una empresa extranjera para que hiciera la prenda con el fin de mantener los costos bajos. También tuvo que aprender a comercializarlo; incluso a pararse en la entrada de la convención de productos para bebés en Las Vegas con un cartel que decía: «El único caminador para bebés que cabe en un bolso».

«Una vez que tengo una idea, me quedo con ella sin importar las dificultades u obstáculos», afirma el exmarino, quien dice que ahora es millonario. Y como es mayor, agrega Nash, tiene una ventaja que muchos jóvenes no tienen: la paciencia.

EL PERRO POR UN ESPOSO.

A los 52 años Carol Gardner, asumió el abandono de su esposo y además contrajo una gran deuda y en medio de esa crisis su abogado le aconsejo que buscara un terapeuta o se comprara un perro.Ella eligió la segunda opción: una entrañable bulldog inglesa llamada Zelda.

Esas coincidencias que ocurren cuando la oportunidad se liga con el talento propició que cuando un amigo le sugirió a Gardner, quien fue directora creativa de una agencia de publicidad, participar en un concurso local de tarjetas de felicitaciones donde otorgaban como premio un año de comida para perro decidiera intervenir.

Gardner decidido exhibir la triste carita de su bulldog, vestida con traje de Santa, en la carátula de la tarjeta junto con una línea impactante en el interior: «Por Navidad, cambié a mi marido por un perro. ¿Buen intercambio, no?»

No solo se ganó el concurso. También se ganó el corazón del público. Zelda se convirtió en un fenómeno de tarjetas de felicitación y, finalmente, en un imperio de concesión de licencias. Zelda estuvo clasificada entre las tarjetas más vendidas de Hallmark. La línea de productos Zelda Wisdom convirtió a Gardner en millonaria.

En la actualidad, Zelda (o Zelda Nº 3: la original murió en el 2009)  es usada para todo tipo de productos, desde tablas de cortar hasta tarros de galletas, y duerme al lado de la cama de Gardner. La tarjeta preferida de Gardner presenta a Zelda con un disfraz de abeja y el mensaje de una sola línea «Why BEE normal?»

La exitosa emprendedora ahora con 70 año afirmo: Haz que tu trabajo refleje tu pasión. Para empezar, anotaba todo lo que me hacía feliz y que yo hacía bien. Mi lado creativo es lo que me gusta hacer».

EL CAMINADOR A LA MODA.

El accidente de su madre donde se rompió la cadera cambió la vida de Maria Tennyson de 70 años, quien para tratar de hacer feliz a su madre, una mujer independiente y enfocada a la moda buscó una forma de encontrar una cartera que no tumbara el andador o caminador usado por su madre para poder trasladarse de un sitio a otro.

«Todo lo que mamá quería era algo para la parte delantera del caminador que reemplazara a la cartera y que combinara con su ropa», dijo Tennyson, quien exploró en los almacenes y no encontró ni una opción de cartera para caminadores.

Fue cuando decidió diseñarla y hacerla ella misma. Sacó una vieja máquina de coser y creó un bolso que su madre podría colgar de forma segura de la parte delantera de su caminador. «Recibía constantemente elogios por su bolso», dice Tennyson. «Los amigos de la industria de los adultos mayores me animaban para que desarrollara una línea de bolsos para personas mayores con caminadores».

De esa manera creó la línea StashAll, pero no antes de contratar a un consultor y buscar mucha ayuda a través de la oficina local de la organización sin fines de lucro SCORE, apoyada por la Small Business Administration(Agencia Federal para el Desarrollo de la Pequeña Empresa). Los bolsos, hechos de una variedad de materiales como cuero sintético, tela de tapicería y tela de corteza, se venden entre $50 y $70 dólares.

EL HOMBRE DEL HELADO.
A los 57 años, Wally Blume en 1996 vendió su casa y todos los autos de la familia -excepto su hijo mayor como dijo a un periódico- para desarrollar Denali Flavors, que provee a los fabricantes de helados independientes las fórmulas e ingredientes.

Claro su idea estaba sustentada en su profundo conocimiento del negocio de los helados. El sabor especializado  Moose Tracks, hecho con caramelo de dulce de azúcar, mantequilla de maní y helado de vainilla, es un elemento básico de la industria que, en muchos mercados, se vende casi tan bien como la vainilla.La compañía ahora produce en sabores extremos que incluyen menta y con trozos de brownie. El éxito de la compañía convirtió a Blume en millonario. Hemos sido bendecidos más allá de nuestros sueños más descabellados», agrega. Pero, reconoce que aunque no hace falta ser un genio para mezclar dulce de azúcar y copitas de mantequilla de maní en un helado, «se necesita la bendición de Dios para poder venderlo».

Blume, junto con su esposa desde hace 48 años, aún no termina. La compañía recientemente lanzó las meriendas Moose Tracks y la leche de sabores Moose Tracks. El nombre de Moose Tracks reveló que lo tomó prestado de un campo de minigolf al lado de la lechería donde trabajó alguna vez. «Pensamos que el nombre inspiraba algo frío y prístino, como el helado», comentó.