Que hacer cuando el líder provoca estrés.

El trabajo en equipo siempre necesita un líder capacitado quien muy a menudo no ofrece los resultados positivos que se espera de el y por el contrario provoca estrés entre sus seguidores al ser una figura tóxica dentro del colectivo y desgraciadamente el numero de buenos líderes es menor a la de gerentes complicados.

La investigadora de la Universidad de Harvard, Barbara Kellerman, luego de exhaustivas investigaciones identificó y agrupo a esos jefes problemáticos en siete categorías principales:incompetente, rígido, desmedido, insensible, corrupto, estrecho de miras y malvado. El común denominador de todos esos líderes es su capacidad de causar estrés a los subordinados.

Aseguran expertos que existen investigaciones que revelan como tener un mal líder es similar a sufrir un trastorno de estrés postraumático. La solución a menudo es abandonar el equipo de trabajo, sin embargo al llegar a otro empleo el próximo jefe es peor que el anterior.

El profesor de psicologia, Tomas Chamorro-Premuzic ofreció en un articulo periodístico tres recomendaciones sencillas para lidiar con jefes complicados:

1. Métase en su mente. 

No importa lo malo que sea su jefe, probablemente sea coherente con su personalidad y acciones. Aprenda a predecir sus patrones de comportamiento y se convertirá en un problema mucho más pequeño. Los noruegos dicen que «no existe el mal tiempo, solo ropa de mala calidad». Este enfoque pragmático también puede aplicarse a la hora de tratar con un superior: una vez que averigüe cómo es, no hay excusa para que le pille desprevenido. Al igual que el tiempo, el ánimo de su mánager fluctuará a diario. Sin embargo, su personalidad mostrará seguro patrones claros como el clima. Concéntrese sobre todo en descifrar el lado oscuro de su jefe, los aspectos más indeseables de su personalidad que perjudiquen su capacidad de construir y conservar un equipo de alto rendimiento comprometido. Los metaanálisis científicos demuestran que hay 11 tipos de defectos que los directivos pueden presentar (el 54 % tiene por lo menos tres, pero es posible que haya mánagers que los acaparen todos). Aunque estos defectos se valoran mejor con herramientas de datos, es difícil forzar a su jefe a realizar una evaluación psicométrica, y, por desgracia, la mayoría de los directivos tampoco compartirían los resultados con sus equipos. La siguiente información le puede ayudar a deducir los fallos que su jefe comete y enfrentarse a ellos.

2. No sea una fuente de estrés. 

Cada gerente tiene un lado positivo, e incluso el peor líder del mundo puede mostrar ciertas cualidades positivas en algún momento. Sin embargo, el estrés tiende a sacar el lado oscuro de un encargado. De hecho, los defectos anteriores surgirán con más probabilidad cuando los directivos estén bajo presión o en cualquier situación en la que no puedan gestionar de forma proactiva su reputación. Por lo tanto, no haga que las cosas empeoren siendo usted mismo una fuente de estrés. Si interrumpe o molesta a su superior o el trabajo que realiza es inaceptable, esté preparado para conocer los peores aspectos de su personalidad; algo que además se convertirá en otra causa de estrés para usted. No sorprende que, independientemente del trabajo y el sector que se trate, los directivos tienden a ascender a los trabajadores con los que es mas agradable tratar. Esto explica la importancia de prestar atención a la inteligencia emocional  (IE) y por qué los trabajadores que no tienen ese tipo de conocimiento suelen meterse en problemas a pesar de su talento. Sin importar su propio nivel de IE, usted también puede convertirse en una influencia menos estresante y más reconfortante para su jefe si controla mejor sus propios defectos. 

3. Haga que su jefe se vea bien. 

Por último, recuerde obtener alguna ventaja. Hágase indispensable para su jefe. Asegúrese de que él o ella se siente mejor con usted en el equipo. Como Ben Dattner ilustró en su libro ‘Credit and Blame at work’  muchos directivos tienen éxito en sus carreras y no es tanto por su capacidad de liderazgo como por su capacidad de llevarse los méritos y logros de otro mientras culpan de sus propios errores a otras personas. No importa cómo sea el estrés que provoque su jefe, ni lo bueno que llegue a ser frente a su reverso tenebroso: la única forma de asegurarse de que muestre su mejor versión es convertirse en alguien valioso para él. Nadie quiere morder la mano que le da de comer. Sin embargo, incluso si usted le facilita la vida a su mánager, asegúrese de mantenerlo en secreto. La situación ideal para un jefe así no es solo que usted sea un miembro esencial, sino que también sea un secreto bien guardado. Si ve que todo el mundo es consciente de su valor, se preocupará de que usted lo abandone tarde o temprano, de que se lleve el crédito por sus logros, o incluso de que le quite el puesto. En las primeras etapas de su carrera, su éxito se basa principalmente en gestionar el lado oscuro de su líder; en las etapas posteriores, dependerá en gran medida de lidiar con el suyo propio, sobre todo si le interesa ser un buen líder.